A medida que el mundo avanza rápidamente con la tecnología, la Inteligencia Artificial (IA) ha ido cambiando la forma de trabajar, vivir e interactuar de millones de personas. Pero con el potencial de esta poderosa herramienta, llega la necesidad de regulación y prácticas éticas para crear una toma de decisiones responsable tanto para el sector privado como para el público. Aunque la IA se está utilizando ampliamente en muchas industrias, sigue debatiéndose cómo garantizar el uso ético de la IA en las aulas, asegurando en general que la educación siga progresando de forma responsable.
La IA ya se está utilizando para crear prácticas innovadoras de enseñanza y aprendizaje en el mundo de la educación, lo que permite avanzar más rápidamente hacia la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4), que consiste en «garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos». Con un marco sistemático y global de valores, principios y acciones interconectadas, los 193 Estados miembros de la ONU han aprobado el primer marco ético para la Inteligencia Artificial con el fin de afrontar de forma proactiva los efectos conocidos y desconocidos de la IA sobre los seres humanos.
Utilizar la IA en el aula para fomentar la educación ética
El avance de la IA en la educación brinda la oportunidad de promover prácticas éticas más allá del aula tradicional. La IA puede utilizarse para fomentar el pensamiento ético tanto en los alumnos como en los profesores, proporcionando una mejor calidad de las oportunidades de aprendizaje y mejorando la capacidad de toma de decisiones en los entornos educativos. A través de las tecnologías basadas en la IA, se puede proporcionar a los alumnos escenarios realistas simulados por la IA, dándoles la capacidad de pensar a través de dilemas éticos y, en última instancia, de tomar decisiones más seguras.
La iniciativa Ética en la Educación de la ONU se ha puesto en marcha para animar a los países de todo el mundo a promover la educación ética y a equiparse para afrontar cualquier reto ético con la ayuda de la IA. Las herramientas de aprendizaje basadas en la IA, como la gamificación, proporcionan circuitos de retroalimentación que permiten a los alumnos comprender mejor las consecuencias de sus decisiones. Esto les ayuda a construir una comprensión y una mentalidad más éticas a la hora de resolver retos del mundo real.
Además, pueden crearse plataformas basadas en la IA para comprender mejor el comportamiento de aprendizaje de los alumnos, lo que proporcionará a los profesores y a las escuelas información sobre la mejor manera de implicarlos en su aprendizaje. Estas plataformas pueden utilizarse para apoyar la toma de decisiones pedagógicas e introducir el aprendizaje personalizado.
Una preocupación es la posibilidad de sesgo en la IA, ya que los sistemas de IA sólo son tan buenos como los datos que se utilizan para entrenarlos. Por lo tanto, es importante disponer de los controles y equilibrios éticos adecuados para que la IA produzca resultados justos e imparciales. Sin esta práctica, los sistemas de IA tendrían el poder de tomar decisiones que podrían afectar negativamente a la educación.
La ética en la IA para la justicia y la toma de decisiones
El uso de la IA en los sistemas judiciales de todo el mundo está aumentando, lo que plantea cuestiones éticas y desafía las estrategias jurídicas tradicionales. La IA tiene el potencial de evaluar y tomar decisiones en los procesos judiciales de forma más rápida, eficaz y mejor que un juez humano. Sin embargo, tiene que haber un equilibrio en el uso de la IA con la justicia y los valores que la IA representa.
Tess Posner, directora ejecutiva de la organización sin ánimo de lucro AI4All, es una de las personas que pretende abordar el reto de la parcialidad en la IA. AI4All es un movimiento que se centra en incorporar a los estudiantes infrarrepresentados a la educación en IA, lo cual es clave para garantizar que la tecnología de la IA refleje la diversidad y la cultura del mundo que nos rodea. En un podcast, Posner subraya la importancia de conseguir que todos los jóvenes se interesen y entusiasmen por la IA, ya que una mejor representación en la Inteligencia Artificial comienza a una edad temprana.
Es importante que las empresas garanticen el uso ético de la inteligencia artificial, ya que SAS descubrió que el 92% de las empresas califican la ética de la IA como formación de alta prioridad para sus tecnólogos. El 63% tiene comités para revisar y garantizar el uso seguro de la IA. Las organizaciones empresariales han tomado medidas para crear iniciativas que promuevan la confianza, así como para crear procesos que permitan dar cuenta de esta confianza. El uso de la Inteligencia Artificial en el aula no es sólo una cuestión de legalidad y disciplina, sino también de fomentar prácticas éticas en los alumnos, proporcionándoles escenarios realistas y simulaciones con las que puedan practicar.
Conclusión
Los avances en Inteligencia Artificial tienen el potencial de influir y apoyar enormemente la enseñanza y el aprendizaje en el aula, y con una supervisión ética adecuada, la IA puede utilizarse para apoyar éticamente la educación en la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4. Para promover el uso responsable de la IA en la educación, es esencial comunicar la responsabilidad de la IA y el potencial ético de la IA en el sector educativo. Las herramientas basadas en la IA pueden utilizarse para fomentar la toma de decisiones éticas en el aula y apoyar el aprendizaje personalizado de los alumnos. Es importante que las organizaciones y las empresas garanticen el uso ético de la Inteligencia Artificial para asegurarse de que los sistemas de IA no manipulan ni guían a los alumnos para que tomen decisiones poco éticas. El uso ético de esta poderosa herramienta será primordial para dotar a los estudiantes de la capacidad de tomar decisiones mejores y más informadas.